

Terminal
Carlos de la Sierra
Burgos, 2001
ISBN: 84-87528-22-8
160 páginas
10,82 €
Terminal es un canto de desesperanza y amor, amor desesperado. Es un estallido de imágenes que se agolpan en la mente del autor y pugnan por salir a la superficie tal cual son: primitivas, llanas, patéticas, con un lenguaje vivo, directo, conciso. Frases cortas, metáforas de mil interpretaciones que podrán producirnos desde concordancia emotiva hasta odio visceral, pero en ningún caso indiferencia.
Terminal es una verdad, excesivamente flagrante a veces, para aceptarla con toda su crudeza; maravillosa y oscuramente subjetiva otras, para que nuestra ira no nos haga estallar.
Terminal es color, todo el color, los sentimientos del color, el color que impregna la carne, las vísceras, nuestra mente suda color… Terminal es también la negación del color, la ausencia de toda luz, la vida y la muerte.
Terminal es comunión, no con santos, héroes o muertos, sino con el ser, con los oprimidos por botas ajenas o propias, con la naturaleza olvidada y con la libertad.
Alberto Blay Roca
CARLOS DE LA SIERRA nació en Burgos (aunque eso debería importar poco) en 1951, lo que a estas alturas del siglo significa que ha vivido una mitad de sus vida en ese otro mundo que fue la dictadura y la otra mitad a este lado en el que por lo menos podemos pensar lo que nos dé la gana. Su infancia fue la propia de los chicos de barrio, feliz en la escasez, desconsolada a veces, siempre audaz. Enseguida tuvo que trabajar, más que nada, por aquella sencilla razón de comer o morir. Sin embargo, nunca abandonó ese otro trabajo, nunca remunerado, de intentar mover el mundo con las palancas de la imaginación.
Así comienza a colaborar en publicaciones como BUGATI. Su labor en la revista de arte y letras EL LUCERNARIO, coordinando los distintos números o escribiendo, ha creado escuela, pues pese a quien pese EL LUCERNARIO nunca dejará de ser el primer eslabón de la larga cadena de este tipo de revistas que han ido apareciendo en Burgos a partir de los años ochenta.
Cuando en 1988 aparece DIARIO 16 BURGOS, Carlos de la Sierra se descubre como un prolífico e incansable columnista cuya visión del mundo oscila entre los cínicos y los estoicos con un prisma siempre progresista. Allí también se dedica a la literatura de creación, publicando por entregas Olegario, el del Centenario, S.XVI, novela histórica plena de un ácido humor y La vida según Ambrosio (en colaboración con Jerónimo Rodríguez), folletín detectivesco que discurría por la ciudad de Burgos y que, se convirtió (ya sólo de la mano de Carlos) de andanzas provincianas de aventuras castizas y posmodernas en Ambrosio, Detective Privado. En la última etapa de dicho diario publicó una serie de biobrafías de escritores célebres.
Ha publicado cuatro libros hasta ahora, dos de ellos en colaboración: De Bardulia a Castilla (1998), Olegario, el del Centenario, con Virgilio Mazuela (1992), Celestial (1995) y Burgos, la ciudad vivida, con Fernando Ortega (1997).
En el primer número de la revista cultural EN PLURAL (1.er Semestre, 1998) entrevistó a Don Pío Baroja en un encuentro imaginario y emotivo.
José Luis Charcán Palacios