En 1513, Castrillo, behetría del dominio del linaje de los Velasco, quedó bajo la encomienda de la reina Juana I de Castilla, iniciándose un período de trescientos años marcados por la lucha de la villa por su libertad. Durante esta etapa, la población, dentro de una estructura demográfica propia del «Antiguo Régimen», siguió diferentes ritmos de crecimiento.

La economía de subsistencia, sobre la que se aplicaba una importante fiscalidad, era mantenida por el desarrollo de la actividad agropecuaria y de transporte –sector este último sobre el que se muestra un novedoso enfoque en este libro.

El autor revisa la estructura social jerarquizada, a partir de sus niveles de posesión, sus tensiones y conflictos; la organización institucional y espiritual –hasta 10 cofradías y al menos 14 ermitas–; las prácticas y modos tradicionales de la comunidad –el «arrenuevo» o novar, la palabra de futuro, la señal de propiedad,…–y otros aspectos más próximos del mundo de las mentalidades, que prosiguen, incluso, después de la muerte: los aniversarios, las caridades, el recado,…

Nuestra realidad actual puede encontrar raíces en aquellas formas de comportamiento que dejaron los hombres y mujeres durante el período de la Edad Moderna.