

Mariposas blancas en un cielo azul
Fernando Ortega Barriuso
Burgos, 2017
I.S.B.N.: 978-841590726-8
174 páginas
14,00 €
Larva, crisálida y mariposa son los tres estadios de su metamorfosis. Tal vez sea esa la causa de que algunos moralistas la identifiquen con inconstancia y volubilidad, disvalores que son rechazados por la cultura japonesa al convertirla en representación de lo femenino. Para los cristianos, la mariposa simboliza el alma que escapa del cadáver que la aprisiona. El racionalismo pretende ver en ella el triunfo de lo inmanente sobre lo trascendente. Cada escuela, cada movimiento aporta su interpretación. En definitiva, son múltiples los significados que se le atribuyen. Sin embargo, es casi del dominio público que las mariposas blancas traen buena suerte, y que si estas mariposas blancas aparecen en un sueño denotan inocencia. En un sueño es como las ve, recortadas contra un cielo azul, el protagonista de la novela que acabamos de cerrar. ¿Con ese significado? Seguramente, y con muchos otros. Él mismo, un “topo” en el argot de los perdedores de la última posguerra española, experimenta la metamorfosis descrita al comienzo de estas líneas: de “topo” (que se siente como un gusano; los vencedores poco o nada magnánimos hacen que los perdedores se sientan convencionalmente de esa manera) a crisálida y mariposa, en términos metafóricos.
JMI
Fernando Ortega Barriuso ha colaborado en diversos periódicos, revistas, iniciativas culturales y jurados literarios. Ha publicado numerosos libros, entre los que cabe citar Breve historia de la ciudad de Burgos (1996 y 2ª ed. 1998), Burgos. Paseos literarios (2002 y 2ª ed. 2004), Diccionario de la Cultura en Burgos, siglo XX (Dossoles, 2001), Diccionario de la Cultura en Burgos, 2001 2010 (Dossoles, 2012), La ciudad de Burgos durante el régimen de Franco (2005) y Burgos, memoria de una ciudad (2009).
La literatura llega donde no puede hacerlo la historia. Y así, el autor, utilizando la técnica de la novela documental, sitúa al protagonista de la novela en el momento en el que la asonada militar de julio de 1936 siembra de miedos, sangre e incertidumbres a los militantes de izquierda burgaleses. ¿Qué hacer? Eduardo Calderón –personaje real- opta por refugiarse en una buhardilla esperando a que la República detenga pronto a los golpistas. Este encierro, pensado para unos días, se prolongará por cerca de tres años, pesadilla que le permitirá reflexionar, recordar, soñar, sufrir… Y sobrevivir.